Sanción y promulgación de la ley de derechos políticos de las mujeres o conquista del voto femenino, en 1961|Léi omboderéchova kuñanguérape térã kuña jevotarã mboaje, 1961-pe

28-05-2011

Por Line Bareiro


Las mujeres paraguayas fueron las últimas del continente en conquistar su derecho a la ciudadanía por Ley Nº 704 de 1961. Fue producto de 60 años de lucha y se conquistó en plena dictadura y eso significa que el voto -masculino y femenino- no tuvo un valor inmediato, pero es un hito del Bicentenario porque cristalizó luchas por la igualdad y cuando finalmente hubo democracia, ya nadie discutió el derecho de las mujeres a elegir y ser electas para cualquier cargo de elección popular.

 

La primera manifestación política documentada de las mujeres paraguayas fue un telegrama que en 1901 enviaron mujeres concepcioneras al Senado, protestando por la elección de José Segundo Decoud, el mismo decía: “Mujeres paraguayas envían sentidos pésames elección senador traidor. Dios proteja destino patria”. Este hecho desató una gran polémica por la consideración de que las mujeres no deberían intervenir en asuntos políticos, que avergonzaban a sus maridos, etc. Toda la prensa estuvo en contra de las atrevidas concepcioneras y se llegó a pedir hasta la destitución del telegrafista que envió el telegrama.

 

Desde 1901 en adelante se sucedieron las organizaciones de mujeres e intelectuales como Serafina Dávalos y Virginia Corvalán argumentaron a favor de los derechos civiles y políticos de las mujeres. Pero desde 1901 también hubo hombres que defendieron la igualdad entre hombres y mujeres, como Arsenio López Decoud y Cecilio Báez, que firmaron documentos no sólo defendiendo a las concepcioneras sino argumentando a favor del feminismo y de la igualdad de derechos entre las mujeres y los varones en el Paraguay y en el mundo. Siguiendo esa línea, el diputado republicano Telémaco Silvera presentó en 1919 el proyecto de ley cuyo texto era:

 

El Senado y Cámara de Diputados de la Nación Paraguay, reunidos en Congreso sancionan con fuerza de Ley:

Art. 1°. Tendrán derecho a ser empadronadas las mujeres mayores de 18 años de edad sin restricción alguna.

Art. 2°. A los efectos de esta ley, quedan equiparados sus derechos políticos a los del ciudadano.

Art. 3°. Comuníquese al P.E.

Telémaco Silvera

Diputado por el 4° Departamento

Asunción, Mayo 28/1919

 

Ese pionero proyecto no fue aprobado y tampoco el de igualdad de derechos civiles, presentado el mismo día. Silvera consideraba que la ley de igualdad de derechos civiles y políticos era complemento del proyecto de ley de divorcio, que había sido presentado por el diputado liberal Lisandro Díaz León.

 

El movimiento feminista tuvo constante vinculación internacional con líderes y organizaciones que compartían sus luchas. Está documentada la amistad de Silvera con  la feminista uruguaya Paulina Luisi, ese nexo contribuyó a la formación del Centro Feminista Paraguayo, en 1920, y su adhesión al Congreso de la Alianza Mundial para el Sufragio Femenino, en ese mismo año. La Asociación Feminista, de 1929, apoyó otro proyecto de ley presentado por el liberal Antonio Sosa y logró la participación de María Felicidad González, en un Congreso por el voto en Baltimore, EEUU.

 

Hubo otras organizaciones que lucharon por la igualdad de derechos políticos de las mujeres y también tuvieron vínculos internacionales, como la pacifista Unión Femenina del Paraguay, de 1936; el Consejo de Mujeres de la República del Paraguay, de 1940, y la Unión Democrática de Mujeres, de 1946. Pero sin lugar a dudas, la más importante organización para la conquista del voto femenino fue la Liga Pro Derechos de la Mujer, fundada en 1951. La Liga tuvo relaciones y recibió el apoyo de la Comisión Interamericana de Mujeres (CIM) de la Organización de Estados Americanos (OEA) y de la Liga de Mujeres Votantes de los EEUU, entre otras.

 

La gran animadora de la Liga fue Isabel Arrúa Vallejo, pero la principal líder de la conquista del voto en el Paraguay fue la jurista Mercedes Sandoval del Hempel, que presidía la Liga al tiempo de su aprobación y llegó a irse detenida con sus “consocias” por organizar una manifestación callejera en favor del voto. El texto que consagró esa igualdad por la que tanta gente luchó fue simple: “Reconócese a la mujer los mismos derechos y obligaciones políticos que al hombre.” (Artículo 1 Ley 704/61).

 

El derecho a elegir gobernantes fue desarrollado en plenitud recién después de la apertura política de 1989. Pero el derecho de las mujeres a gobernar aún sigue siendo una deuda, aunque se superó ya el largo tiempo en el que por cada partido había a lo máximo una senadora y una diputada. La primera mujer ministra fue nombrada en 1989. Una muy precaria disposición de cuotas mínimas, que obliga a un 25% para las listas que se presentan en las elecciones internas de los partidos políticos, fue aprobada en 1996, y la representación femenina es del 12,5% en la Cámara de Diputados y de 15,6% en el Senado, muy por debajo del promedio regional que actualmente asciende al 23,27% en las cámaras únicas o de diputados y del 22,5% en las cámaras de senadores.