Museo Casa Oratorio Cabañas|Museo Casa Oratorio Cabañas

25-06-2011

[lang_es-es]El museo, ubicado sobre la Ruta 1 Mcal. López, en el distrito de Caapucu del Departamento d e Paraguari es una antigua edificación que data de fines del siglo XVII, era conocida como el Oga Guasu de los Cabañas, albergó en su interior momentos trascendentales para nuestra historia.[/lang_es-es]

[lang_gu]Pe  museo, opytáva Ruta 1 Mcal. López ári, táva ka’akupu, Paraguari Departamento-pe ningo itujaitemi, yma siglo XVII paha rupi oñemopu’ãva’ekue; ojekuaavémi  Cabañas-kuéra Róga Guasúramo, hetaite mba’e ñane retã rekoasa ombohupava’ekue.[/lang_gu]

 

Director:  Alcides Cabañas

Teléfono: 0982-884669- 0971-359295

Dirección: Ruta 1 Mcal. López, distrito de Caapucú.

Días y horarios de atención: miércoles a domingos de 08:00 a 16:00.

 

El sitio la Alquería del Yaguary

Los orígenes de la antigua Alquería del Yaguary, conocida como el Oga Guasu de los Cabañas, datan de fines del siglo XVII. El cronista jesuita Pedro Lozano la menciona durante la revolución comunera: José de Antequera y Castro situó allí sus baterías para enfrentar el ejército de indios misioneros de Baltasar García Ros y en sus cercanías tuvo lugar, en agosto de 1724, una cruenta batalla entre comuneros y realistas. Su entonces propietario, el Maestre de Campo General y Tte. de Oficiales Reales Don Phelipe Cavañas, defendía el partido real y en ese momento estaba asilado en el Convento de San Francisco de Asunción, falleciendo poco tiempo después.

Oriundo de Santander (España), Don Antonio Cavañas y Ampuero había llegado a América a mediados del siglo XVII, y testó en la Asunción en 1702. Con la señora De Palacios y Molina tuvo un hijo, Phelipe, de quien descienden todos los Cabañas paraguayos.

A escasas leguas del Paso de Tebicuary, límite entre la provincia del Paraguay y las Misiones Jesuíticas, la valiosa Alquería fue legada en 1785 por el nieto de Phelipe, el Maestre de Campo General de la Provincia Salvador Cavañas y Ampuero a su hijo José Vicente, a su hermano Francisco Cavañas Flores y a su sobrino Manuel Atanasio.

Manuel Atanasio Cabañas (a comienzos del siglo XIX, la grafía del apellido cambió, Cavañas pasó a escribirse Cabañas), héroe de las batallas de Paraguarí y Tacuarí, tenía a fines de la colonia inmensas propiedades extendidas desde Barrero Grande, Itacurubi y San José de los Arroyos hasta la ribera del Tebicuary. En 1810, en los albores de la independencia el Oga Guasu de los Cabañas fue nuevamente escenario de la historia patria: el General Manuel Belgrano la ocupó durante su frustrada invasión y sus tropas la saquearon al retirarse.

En los años siguientes, Manuel Atanasio se enfrentó al Dictador Francia; éste reprochaba al caudillo militar la retirada honrosa concedida a Belgrano luego de su derrota, su negativa a venir desde las Cordilleras a Asunción obedeciendo su llamado y sobre todo la correspondencia mantenida con José G. Artigas, quien había propuesto a Cabañas deshacerse del Dictador y asumir el poder. El Supremo no se atrevió a molestarlo en las Cordilleras, donde Cabañas tenía sus fieles huestes, pero tras su muerte en 1828, Francia confiscó su platería y su rica biblioteca, sus tierras, dinero y haciendas. La Alquería pudo librarse de las iras del Dictador al haber sido legada a su primo José Antonio. Este había caído prisionero batallando contra las invasiones inglesas, y a su retorno de Inglaterra al Paraguay, fue nombrado Teniente del Escuadrón de Caballería concerniente al Real Servicio por el Gobernador Velazco en 1810. Se refugió posteriormente en el Oga Guasu, donde permaneció hasta el final de sus días.

Sin embargo, un sobrino de Manuel Atanasio, Vicente Cabañas, vecino de la Asunción, debió sufrir también la persecución francista: se lo confinó con su mujer e hijos al Tevegó; sus bienes fueron expropiados y como tantos otros compatriotas, falleció en las cárceles del Dictador. De él desciende la extensa rama concepcionera de los Cabañas.

El Oga Guasu recobró parte de su grandeza bajo el gobierno de Don Carlos. En 1855 el Capitán Page fue recibido allí por el «rico estanciero» Cabañas, y quedó muy impresionado por el mobiliario y la platería de mesa del establecimiento, cuyas tierras se extendían desde las colinas del Yaguary hasta el río Tebicuary. Como el resto del país, sufrió los desastres de la Guerra Grande. En la post guerra, Page visitó una vez más la estancia: la hospitalidad de los Cabañas debió reducirse al charque servido en cuencos de estaño. Al otrora rico hacendado solo le restaba por mobiliario un catre.

En esos azarosos años debieron también destruirse la amplia mansión de adobe, espacio principal de la Alquería y los altos muros de defensa cuyos sillares permanecen hasta hoy. Solo las firmes construcciones de piedra, una casa-habitación y el oratorio sobrevivieron a la acción destructora del tiempo.

Algunas piezas – las tallas jesuíticas del Señor de la Paciencia y de la Virgen del Rosario, patronos del lugar, la platería del oratorio, los arcones, una tinajera, cántaros coloniales – se salvaron por milagro de los saqueos o fueron recuperadas después, y otras nuevas amoblaron el Oga Guasu en la post guerra. De tal modo que Rosa Cabañas quiso, a inicios del Siglo XX, ver la casa de sus mayores convertida en un museo que guardara la memoria del lugar y de sus pobladores.

Ubicación del Museo

El predio cuenta con una superficie de 6,136 metros cuadrados, está ubicado en el Km. 154, Ruta 1 Mcal. López, Distrito de Caapucú, 9º Departamento de Paraguari. Abre sus puertas de martes a sábados de 09:30 a 16:00 hs.

Rescate

Las tierras de la amplia estancia Cabañas, repartida entre numerosos herederos, ya habían sido revendidas a otros ganaderos. De la antigua opulencia solo quedaba el casco legado por Rosa a su sobrino Don Emiliano del Rosario Cabañas. En 1973 éste y su señora Canuta C. Franco, donaron la casa y el oratorio al Estado paraguayo a condición de ser mantenidos como museo.

A comienzos de los ’80 la Comisión Nacional de la Casa de la Independencia hizo una reparación de las paredes y techos de la casa y del oratorio pero la tarea no pudo proseguir por falta de fondos.

En el último cuarto de siglo, por desidia del Estado, el patrimonio colonial de la Alquería sufrió sus últimas expoliaciones. Se robaron puertas y ventanas; parte del viejo mobiliario terminó adornando casas de los pueblos cercanos, algunas tallas religiosas y documentos desaparecieron de museos oficiales asuncenos donde habían sido depositados.

Buscadores de tesoros abrieron boquetes en las paredes, y la casa, sin aberturas terminó siendo usada como pesebre de animales.

Desde 1992, un esfuerzo en conjunto del Vice Ministerio de Cultura del MEC y la Fundación Carlos Colombino Lailla permitió la restauración de la Alquería del Yaguary.

Parte de sus muebles y objetos originales fueron adquiridos en Caapucú y Villa Florida, las tallas religiosas tuvieron una cuidadosa restauración y la arquitectura del Oga Guasu pudo recuperarse luego que albañiles, carpinteros, herreros y pintores se empeñaran en devolver al último casco de estancia del siglo XVIII su antiguo y sencillo esplendor.